jueves, 10 de febrero de 2011

Cómo hemos cambiado, 10 años de conciencia ambiental de los andaluces en torno al agua

El Ecobarómetro (EBA) de Andalucía es una iniciativa de la Consejería de Medio Ambiente y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Desde 2001 el Instituto de Estudios Sociales Avanzados analiza anualmente la opinión de los andaluces sobre el medioambiente a través de una encuesta que incluye diferentes preguntas que tratan de valorar la conciencia, percepción, actitud, conocimiento y comportamiento ante diversas cuestiones ambientales. El pasado año, el EBA cumplió 10 años, con un total acumulado de 18.730 andaluces encuestados.
El EBA aborda el tema del agua en varios apartados de la encuesta. Tomado como referencia el último modelo de encuesta utilizado (2010), el agua aparece en ocho cuestiones concretas relacionadas con la valoración del conocimiento de las cuestiones ambientales, su actitud y predisposición o valoración de posibles medidas de intervención.
Siete de estas cuestiones han permanecido a lo largo de los 10 años del EBA en el cuestionario utilizado. La relacionada con las medidas de gestión del agua se incluyen en la encuesta desde 2004, y en varias ediciones aparecen otras cuestiones interesantes relacionadas con el traspaso de competencias en materia de aguas (2009) o la disposición a pagar un precio más elevado del agua como medida de protección (2006).
Con objeto de analizar cómo ha evolucionado la conciencia ambiental en torno al agua he analizado los resultados relacionados con las cuestiones seleccionadas que aparecen en los diferentes resúmenes e informes del EBA. Ante la falta de datos brutos, o especificaciones sobre datos socioeconómicos de los encuestados, se analizan los resultados brutos sin entrar (por falta de información) en factores relacionados con provincia, edad, sexo, etc.
En pleno proceso de elaboración de los planes hidrológicos de las cuencas inter e intra comunitarias de Andalucía, la participación pública es un tema fundamental. Que se sepa, ninguna de las iniciativas relacionadas con este tema citan, valoran o consideran los resultados del EBA como punto general de partida o marco general de comparación de los resultados de los diferentes cuestionarios utilizados en el proceso de participación. A su vez, el EBA tampoco recoge cuestiones de interés abordadas en las diferentes actuaciones de consulta y participación relacionadas con la problemática y posibles medidas incluidas en los diferentes documentos de planificación como el Esquema de Temas Importantes, o los Borradores de Planes Hidrológicos de Demarcación.
En la entrada de hoy, se analizan los datos relacionados con el agua a lo largo de 10 años. En una próxima entrada, se hará otro tanto con los resultados de los diferentes talleres de consulta y participación pública del proceso de planificación hidrológica de las distintas cuencas andaluzas. Por último, se compararán ambos resultados con objeto de proponer posibles cuestiones a introducir en las futuras encuestas del EBA, así como actuaciones concretas en el ámbito de la planificación sobre difusión y concienciación en materia de aguas de la ciudadanía andaluza.
Conocimiento de la materia
Sobre el consumo de agua
El porcentaje de encuestados que desconocen que no son los hogares los que más agua consumen es similar al porcentaje de agua consumida por la agricultura. En los dos años analizados, sólo el 19 % de los encuestados en 2010 y el 26% en el 2008 señalan totalmente falsa que en el hogar se consuma la mayor parte del agua. El porcentaje de agua consumida por la agricultura varía entre el 70 y el 80% de los recursos según cuenca.
Sobre las competencias en materia de aguas
La encuesta de 2009, señalaba que la mayoría de los encuestados (72%) desconocían el traspaso de competencias del río Guadalquivir a la Junta de Andalucía, y en consecuencia, tampoco valoraban las posibles repercusiones para la gestión del río del nuevo marco administrativo (69%).
Desde los años 20 del siglo pasado, las Confederaciones Hidrográficas del Guadalquivir, Sur y Guadiana, han tenido una presencia omnipotente en nuestros ríos. Romper con esta idea será difícil. Los usuarios del agua, han visto durante casi un siglo la imagen de las Confederaciones en los guardas del río así como en los documentos y oficinas relacionadas con tramitación de sus solicitudes de aprovechamiento.
Para el usuario doméstico, las Confederaciones han tenido poco peso, siendo más cercanas las Empresas Municipales de Abastecimiento y Saneamiento. Desde las transferencias, una inmensa mayoría de usuarios de la cuenca del Guadalquivir se refiere a la antigua Confederación Hidrográfica como si ésta hubiera desaparecido, como así lo hizo la Confederación Hidrográfica del Sur. Muy pocos conocen que la Confederación del Guadalquivir no ha desaparecido. Todavía mantiene sus competencias en tema clave de la política de aguas como la planificación hidrológica y sigue promoviendo actuaciones en materia de restauración, entre otras actuaciones.
En un tema tan importante como el agua, de carácter global y transversal, muchas son las administraciones que ejercen competencias. Es esta multitud de administraciones las que en muchas ocasiones lleva a un desgobierno del agua y la desinformación.
Muchas Consejería tienen y ejercen competencia en materia de agua desarrollando normativa, vigilando la calidad de las aguas, o interviniendo de forma directa en los ríos. La restauración fluvial no es materia exclusiva ni de la Agencia del Agua, ni del Estado. Hay están iniciativas de máximo interés promovidas por la Consejería de Obras Públicas y Vivienda en ríos como el Guadaira en Sevilla y el Guadarranque en Cádiz. A nivel local, diputaciones, consorcios, mancomunidades y ayuntamientos tienen un papel fundamental en el tema de abastecimiento y saneamiento. Pero también, en algunos casos, han intervenido directa o indirectamente condicionándolos contenidos de los proyectos, en la restauración de largos tramos urbanos y periurbanos.
La contribución individual al medio ambiente. El ahorro de agua en el hogar
Durante los últimos 10 años del EBA, el ahorro de agua en los hogares es una de las prácticas de la vida cotidiana que los encuestados consideran que contribuye a la protección del medio ambiente y que además manifiestan realizar con cierta frecuencia.
Las campañas de ahorro en la ciudad, sobre la sustitución de los contadores comunitarios por individuales, así como la inversión en la mejora de las redes de distribución en la ciudad, han implicado al ciudadano hasta tal punto, que el ahorro de agua, llega a ser la práctica ambiental más frecuente. Sin embargo, hay un rechazo manifiesto a otra medida posible como la de incrementar el precio del agua en un 71% de los encuestado en 2006. Al respecto, principios fundamentales de la Directiva Marco del Agua relacionados con la recuperación de costes y el establecimiento de medidas de tipo tarifario que contribuyan al cumplimiento de los objetivos medioambientales, tendrán un rechazo inmediato en el medio urbano, como ya lo tiene en el sector agrario. El tema es complejo, y aunque exista bastante documentación al respecto, su carácter técnico dificultad su asimilación por la ciudadanía en general. En el medio urbano, la práctica habitual de incluir en la misma factura, los costes por consumo de agua y otros servicios municipales como la recogida y tratamiento de residuos sólidos tampoco ayudaría a implicar a la población. En el ámbito rural, la imputación de costes por el uso del agua para el regadío, siguen realizándose sobre la base de la superficie de la parcela. Sin duda, es uno de los ámbitos donde la administración deberá dedicar mayores esfuerzos.
El agua en la problemática ambiental
En la localidad
A lo largo de estos años, para los encuestados, el ruido y la suciedad de las calles son los problemas ambientales más importantes de su localidad. Le siguen la falta de espacios verdes y los residuos sólidos, la contaminación del aire y el deterioro del paisaje urbano. Respecto al agua, la encuesta sólo recoge la preocupación por la calidad del agua del grifo, por encima de la contaminación del aire y el deterioro del paisaje.
El agua del grifo no aparece como problema local importante. Incluso a lo largo de estos diez años ha perdido importancia como otros problemas relacionados con el ruido, la suciedad en las calles y la falta de parques y jardines.
No he encontrado datos concretos sobre la inversión pública en materia de abastecimiento y depuración de aguas, aunque pudieran ser de interés para explicar esta tendencia los del número, población y estado de funcionamiento de los sistemas de Gestión del Ciclo Integral del Agua. En cualquier caso, se me antoja que cada vez son menos frecuentes los cortes de agua y efectos de la sequía, al menos en las grandes ciudades y en la mayoría de los núcleos de población en el ámbito rural. Sin embargo, quedan todavía pueblos en los que cada verano aparecen restricciones, así como prohibiciones de uso por contaminación.
Ya que ha salido el tema del ciclo integral del agua, quizás el ecobarómetro debería incluir algunas cuestiones complementarias relacionadas con los vertidos, o simplemente con la imagen (o estado) de cada río o arroyo característico de la localidad.
En Andalucía
De la lista de problemas ambientales de la Comunidad que incluye el cuestionario, la falta de agua y la contaminación de playas y mares son dos de los problemas que manifiesta buena parte de los encuestados. De hecho, sólo se ven superados por los incendios forestales.
Desde que se incluye en el cuestionario la contaminación de los ríos es otro problema importante señalado por los encuestados. Junto con la erosión y los incendios, es un tema que varía de forma significativa a lo largo del tiempo. Mientras que baja la importancia de los dos primeros temas, el porcentaje de encuestados que los señalan como principal problema ambiental se incrementa cada año, pasando de un 14% en 2004 a un 18% en 2010.
A nivel global
La destrucción de la capa de ozono y el cambio climático son los dos temas más preocupantes a nivel mundial según los encuestados. Sigue la escasez de recursos que la formulación de la pregunta incluiría la pesca y el agua dulce. Sin embargo, a pesar de que el ámbito andaluz la contaminación del medio marítimo se plantea como uno de los más importantes, la contaminación de los océanos a escala mundial no parece tan relevante, aunque supere al incremento de la población y el avance de la desertización.
Soluciones para el problema del agua
Las medidas propuestas para el agua se plantean a los encuestados como medidas relacionados con su escasez. Las diez medidas incluidas en la encuesta se reparten en dos tipos básicos de iniciativas. La construcción de nuevos embalses, la reutilización, las desaladoras, los trasvases y nuevos pozos son medidas que aumentan el recurso hídrico, mientras que el ahorro doméstico, la mejora y disminución de las dotaciones de regadío, la limitación de nuevas urbanizaciones y el aumento del precio del agua se orientan a la disminución de la demanda.
Durante los últimos años, para los encuestados las medidas de incremento del recurso serían más importantes, destacando la construcción de pantanos, la reutilización de aguas, y la desalación. Respecto a la demanda, el ahorro en los hogares y en el regadío son las más importantes, mientras que medidas de tipo fiscal son las menos relevantes.
Este patrón general de mayor valoración de maximización de la oferta ya contrastaba en su día con los principios de la nueva política de aguas de Andalucía. De hecho la propia Agencia del Agua, citando los resultados de EBA, recogía en la documentación de su presentación inicial el choque frontal entre la opinión de la ciudadanía y los principios de gestión de la nueva cultura del agua, orientada a la gestión de la demanda.
Cinco años más tarde, la Agencia se enfrentaría al mismo problema, una sociedad (supongamos representada por los encuestados) que, considerando la escasez del agua como uno de los problemas ambientales más importantes de Andalucía, reclama más agua mediante más embalses, y que plantea como medida de ahorro el control doméstico.
Sin embargo, existen dos tendencias significativas que deben orientar la política de concienciación y educación en torno al agua así como la gestión del recurso: el aumento de la importancia del conjunto de medidas de disminución de la demanda, en particular de la mejora de los regadíos y el ahorro de agua en el hogar, junto con el descenso de las medidas de incremento del recurso, en particular las relacionadas con nuevos pantanos y trasvases.
Desde 2004 a 2010 la importancia de la medida de construcción de nuevos embalases desciende de forma significativa, pasando de ser la primera medida señalada, por un 47% de los encuestados en 2004, a un tercer puesto con un 32%, por debajo del ahorro doméstico y la mejora de los regadíos que pasa de ser una medida secundaría señalada por un 26% en 2004 al a ser la principal medida en 2010 de acuerdo con un 40% de los encuestados.

A modo de reflexión final
El ecobarómetro es una herramienta útil de consulta para valorar la conciencia ambiental de los andaluces en torno al agua. Sin embargo, hasta ahora ha sido poco aprovechada en el proceso actual de planificación hidrológica. Hasta la fecha cerca de 20.000 personas se han manifestado al respecto, una cantidad muy superior al número de asistentes que de una u otra forma se han implicado en los procesos de consulta y participación durante la elaboración de los borradores de planes hidrológicos de las diferentes cuencas andaluzas.
Los encuestados como representación válida de los andaluces, consideran que el agua se consume mayoritariamente en los hogares, y en consecuencia, ante un problema medioambiental importante de tipo cuantitativo, proponen medidas de ahorro doméstico a nivel individual e institucional.
Respecto a la calidad del agua, la encuesta del ecobarómetro recoge algunas cuestiones generales relacionadas con la contaminación de las masas de agua y el agua del grifo. Ante estos temas, los encuestados muestran una menor preocupación e interés que por otros problemas ambientales. Parece que los encuestados entendieran cantidad y calidad como cuestiones independientes, de hecho, ha sido así en la práctica por la propia administración del agua hasta que no hace mucho tiempo se empieza a comprender el concepto y utilidad de la implantación de caudales ecológicos en nuestros ríos.
La conciencia ambiental de la sociedad andaluza, igual que los principios rectores de las administraciones competentes en materia de agua, parece que va cambiando poco a poco. En los últimos 7 años, medidas clave relacionadas con la gestión del recurso han intercambiado los papeles. La mejora del regadío se ve ya en la última encuesta como la principal medida de intervención, frente a otras medidas de incremento del recurso como la construcción de más embalses.
Este cambio es importante, vital diría yo para el futuro del sector. Sin embargo quedan todavía grandes retos para la sociedad y para la administración. Hablar todavía de problemas o medidas relacionadas con la cantidad frente a la calidad ya no es admisible. La propia naturaleza de nuestros ecosistemas acuáticos (nuestros ríos, humedales y mares) depende de la combinación de aspectos cuantitativos y cualitativos, pero también de la combinación de diferentes especies de flora y fauna que la propia definición de ecosistema lleva implícita. Es ésta, de carácter ecosistémico, la visión que la Directiva Marco del Agua promueve y obliga a los estados miembros y que la ciudadanía debe también asumir. Una visión que se presenta como la mejor garantía de un uso sostenible de los recursos hídricos.
Embalse de Vadomojón (Río Guadajoz; Albendín, Córdoba)

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