domingo, 8 de febrero de 2015

La Isla Mínima


 
A estas alturas, subirse al carro de felicitaciones a todo el equipo responsable de la película ISLA MÍNIMA es tarea obligada tras el éxito de la pasada edición de los Goya del cine español, que tuvo su correspondiente antesala en el Festival Internacional de San Sebastián.
De los ríos en el cine, en el blog hemos recordado películas entrañables como el Río que nos lleva cuando hablamos de los pineros o gancheros [1] del alto Guadalquivir, y sobre éste, hemos rendido homenaje a los areneros [2] y riacheros [3] del curso bajo. Fue en esta última entrada en la que tratamos de recoger la aventura de la vida en una comarca dura y singular como el Bajo Guadalquivir, paisaje de tierra y agua en la que agricultura y pesca tejen redes caprichosas de esperanza y desengaño.

Compartir con nuestros lectores aquella entrada nos hizo recordar tiempos pasados de viaje por las aguas turbias que de forma magistral retrata Alex Catalán, caminos infinitos de paisaje llano rodeados de miles de espejo que confunden cielo y agua en busca de albures y anguilas, pueblos de colonización muertos junto al río, estacas de madera y ruedas junto a la orilla, canales y acequias de agua, arroz, y algodón, gente del Bajo Guadalquivir de nasas, trasmallo y barca.
Fueron esos recuerdos los que volvieron otra vez con el largometraje de Alberto Rodríguez, las madrugadas en el Puntal, las noches del Copero, los baches de la carretera del Plástico, el atardecer en La Señuela, y una mañana de domingo de paseo y cruce de barca entre orillas en las que parece que el tiempo, como la corriente, se detuvo junto al atlántico.

[2] http://viviendorios.blogspot.com.es/search/label/Areneros

No hay comentarios:

Publicar un comentario